
Lugar de simple oyente no merece
quien domina la jabalina y la pluma,
y se sabe imponer como ninguna
según lo que a su antojo le apetece.
Mejor será que no la enoje y rece
porque vaya bien todo, y sigue y suma,
y la colme de halagos, porque una
recibir un lanzazo no apetece.
Pues llámenlo si quieren cobardía,
pero ante tal potencia creadora
tanto en la prosa como en la poesía,
y de disco brillante lanzadora,
no he de olvidar -sin pensar que sea mala-
que sabe ella, además, tirar con bala.
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